Taj Mahal: la primera visita a España

Taj Mahal, el bluesman atípico que vivió en España (Foto: Steve Spoulos)

Taj Mahal, el bluesman atípico que vivió en España (Foto: Steve Spoulos)

Texto: RAMÓN DEL SOLO (2005)

“La primera vez que encontré al blues, venía bajando por una montaña…”, cantaba Buddy Guy. Yo lo encontré por primera vez en una barrio de Madrid, sin saber muy bien lo que era y de la mano de Taj Mahal. Lo que se dice un estreno de lujo.

Era el verano de 1970 y los chavales de Moratalaz, todas las tardes recorríamos en bicicletas las afueras del barrio, que todavía podían calificarse de campo y que, poco a poco, se iban cubriendo de casas. En uno de esos descampados, la promoción de un novedoso proyecto inmobiliario llamado “La Ciudad del Espacio”, había construido una especie de escenario improvisado con un extraño andamiaje y decorado con la estética psicodélica al gusto de la época. Al atardecer se sucedían improvisadas jam y el lugar era centro de reunión de una serie de personajes peludos y extraños que escandalizaban a los bienpensantes y atraían a la chiquillería del barrio. “La Ciudad del Espacio” (un proyecto lúdico, innovador y  muy acorde con la ideología de mayo del 68 del arquitecto Ricardo Bofill) no llegó jamás a ver la luz, Arias Navarro prohibió su realización. Una plataforma de cemento sobre la que en su día se asentó el escenario permaneció como testigo hasta que edificios más convencionales ocuparon el lugar.

A pesar -o por esa causa- de que nuestras familias nos prohibieron expresamente el acercarnos al lugar; todas las tardes, después de merendar, tomábamos nuestras bicicletas y nos concentrábamos en una pequeña loma lo suficientemente cerca de aquellos extraños seres vestidos de colorines. Siempre había alguien haciendo música. Uno de ellos  era  un negro que a menudo tocaba la guitarra y cantaba, otras veces soplaba en una armónica o hacía sonar extraños instrumentos cuyo nombre desconocíamos. Haciendo honor al aforismo de que la música amansa las fieras, cada vez fuimos prestando más interés a aquella música y con nuestros diez y pocos años terminamos sentándonos al lado del escenario y centrando nuestra atención en un sonido extraño e hipnótico que incluso hacía que nos olvidásemos de espiar las andanzas de los peludos asistentes al evento. El nombre del interprete era Taj Mahal, lo que a nosotros, en el mejor de los casos; nos sonaba a monumento hindú estudiado en el colegio.

Tiempo después, cuando; tal vez a causa de las casualidades nada casuales de aquel verano, empezó mi relación con el mundo del blues; busqué datos de aquella estancia de Taj Mahal en nuestro país y solo encontraba pequeñas referencias, Han tenido que pasar muchos años para obtener datos concretos.

El propio Taj, en una canción editada en el álbum de 1974 Mo’Roots; “¿Why did you have to desert me?”, daba las primeras pistas con algunas frases chapurreadas en espanglish “Cuatro años pasado yo vive en España… Por vacación para la salud… Toca cada noche guitar… Canta la música  de los negros de los Estados Unidos… El blues, el ritmo y el blues…Con la música del Caribe también.” Cito textualmente. Por otra parte, en los últimos años, sus  giras europeas le han acercado varias veces a nuestro país; bien con la Phantom Blues Band, bien con la Hula Blues Band, el grupo hawaiano que simultanea con el anterior. En todos sus conciertos españoles hace gala de su nunca olvidado conocimiento del idioma y, en el que dio en Madrid en 2002 citó incluso el nombre de “Morrratalazz”, como si quisiera convencerme de que, efectivamente él era el hippie negro al que, hace treinta y cinco años escuché tocar.

Taj Mahal es un bluesman atípico desde su nacimiento. Henry Sainte Claire Fredericks Willians nació en Nueva York en 1940. Hijo de un pianista de jazz jamaicano y de una cantante de gospel de Carolina del Norte con sangre india y africana en sus venas. Posteriormente se trasladó a Springfield, recibió en su infancia una excelente educación musical en un ambiente donde Count Basie y su banda celebraban jams y barbacoas junto a todos los músicos que pasaban por la zona. Durante los 50’s el Estado de Massachussets vivió un fuerte auge económico que propició la llegada de trabajadores de culturas muy diferentes, lo que facilitó que los inicios musicales del joven Taj estuviesen rodeados de sonidos caribeños, latinos, sureños, indios y africanos. Durante su estancia universitaria ingresa en la Pioneer Valley Folklore Society donde adquiere un profundo conocimiento de las raíces de la música popular afro americana. Alterna su formación como musicólogo con el aprendizaje en las tablas y actúa con frecuencia en los “coffee houses” de Boston.

En 1965 se traslada y California y forma “The Rising Sons” una  banda que, con solo un año de existencia, constituye una leyenda del folk-rock. Llegaron a grabar un LP que no se editó hasta muchos años más tarde de la disolución del grupo. En sus filas militaban, además de Taj, Ry Cooder, el guitarrista Jesse “Ed” Davis y Ed Cassidy, el batería que más tarde formaría el grupo “Spirit”. En 1967 acompaña al grupo Canned Heat y publica su primer single para Columbia, “Everybody got to change sometime” y “Statesboro Blues”. En el 68 le encontramos en el Festival de Newport y, poco después aparece su primer LP, titulado simplemente “Taj Mahal”. Para la grabación recurre a sus amigos Ry Cooder y Jesse Davis, al bajista Gary Gilmore y al batería Chuck Blakwell.

A finales de 1968 Taj recibe una llamada de Inglaterra; Mick Jagger quiere que participe en la grabación de Rock and roll Circus en compañía de los Who, Jethro Tull, John Lennon, Yoko Ono, Eric Clapton, Mitch Mitchell… Taj y Mick Jagger se conocían desde que el segundo le viese tocar un año antes en el “Whiskey a Go Go” de los Ángeles. Para la ocasión vuela a Londres con la banda de su primer LP, excluyendo a Cooder. Por problemas con el sindicato de músicos británico la inclusión del grupo se mantuvo en secreto, en las etiquetas de las cintas originales Taj Mahal aparece como A.N.Other. El espectáculo era un show para la B.B.C. que por problemas legales nunca llegó a emitirse. Tardó 27 años en ser comercializado.

De vuelta a casa, en 1969, graba su segundo álbum “The Natch’l blues” y el doble “Giant Step/De Ole Folks at home”, un excelente disco eléctrico en el cual repite la banda del R&R Circus y un segundo acústico y en solitario en el que da todo lo que tiene dentro y se nos revela como excelente instrumentista.

En este punto de su carrera, en verano de 1970, mientras realizaba su segunda gira por Inglaterra, inexplicablemente Taj Mahal viene a Madrid para grabar un programa de la televisión española. La grabación se produce el nefasto día en que murió Jimi Hendrix, el 18 de septiembre. La única y escasa referencia la tenemos en una entrevista que Peter Millinton realizo en 1989 para la revista “Solo Blues”, donde además se señala que Taj, en fechas posteriores, estuvo ejerciendo alguna vez como músico callejero en la calle Preciados de Madrid. Pero ninguna mención a Moratalaz.

“Estábamos a punto de salir al aire y desde la redacción, el presentador recibió la noticia y me lo comunicó: ‘Ha muerto Jimi Hendrix. ¿Sabes si ha podido ser a causa de las drogas?’ Yo me quedé de una pieza, toda España estaba viendo y escuchando. ‘No lo sé’, dije. Y la verdad es que en ese momento no tenía ni la menor idea de lo que le había pasado a Jimi”.

Impactado por la noticia (Taj había estado tocando con Jimi en el apartamento de éste en el  Greenwich Village el  21 de enero y había planes para grabar juntos); Taj Mahal tardó seis meses en volver a Estados Unidos, seis meses que pasó en Madrid, Barcelona, Ibiza (donde conoció, entre otros al hijo de Charles Mingus, al escritor Clifford Irving, a Joni Mitchell y a Nico, de The Velvet Underground. Después continuó con su carrera. Pero eso es otra historia y una fase más conocida de su biografía.

Taj Mahal y Ramón del Solo en Madrid, 2005.

Taj Mahal y Ramón del Solo conversan sobre su encuentro pasado en Moratalaz (Madrid, 2005)

El pasado 18 de julio, casi 35 años después de aquel verano y una vez más en Madrid, Taj Mahal se presentaba en trío (Bill Rich al bajo y Kester Smith a la batería) en el patio central del Conde Duque. Al final del concierto conversamos con él para intentar ampliar los datos de aquella primera visita española.

Taj Mahal, que habla un poco de español, es una persona sencilla y amable, de conversación fácil. Al hablarle de aquellos días  reacciona sintiéndose encantado con el tema.

¿Moratalaz? ¿Estuviste en Moratalaz? ¡Es fantástico! Sí estuve tocando en “La Ciudad del Espacio” y aquello fue muy especial…

Para mí al menos si fue muy especial, y además supongo que una de las causas de mi adicción al blues. Lo que se dice un estreno de lujo. Siempre he querido saber como llegaste a tocar allí.

Porque algunos  amigos, un inglés y cuatro españoles me lo pidieron. El inglés era arquitecto [Peter Hodgkinson], estaba dentro del proyecto de  “La Ciudad del Espacio” y me propuso ir a tocar allí. Querían hacer una ciudad diferente y querían atraer a un público especial… Poco a poco fue llegando gente y más gente… Boca a boca fue corriendo la noticia, era increíble…

¿Cuánto tiempo duró aquello?

Dos o tres días, creo que fueron tres. Al tercero, de repente, apareció la Guardia Civil y no le gustó nada ver tantos hippies y gente rara por allí… Poco a poco se había concentrado mucha gente, no se como lo descubrieron, pero fue fantástico.

Yo creo que estuve allí tres días. Después de esto, estuviste por Ibiza y tocaste en Barcelona.

Sí, con José Casas, el hijo de Jordi Casas… con un bajista de Pamplona [Josecho Sesma “L’Obelix”] del que he olvidado el nombre… con mucha gente.

¿Tienes buenos recuerdos de aquella España de 1970?

Muy buenos. Fue estupendo para mí. El país de la guitarra, la música, gente simpática… Ningún problema… bueno, excepto con la Guardia Civil.

¿Encontraste a alguien que tocase bien el blues?

Sí, estuve tocando con Toti Soler

¿En Ibiza?

No, en Barcelona. Toti es muy buen guitarrista.

De tu último disco, Mkutano, hemos podido escuchar esta noche algún tema, como esa estupenda versión de “Zanzíbar”. Mkutano está grabado con una orquesta de aquella isla, también has grabado con Ali Farka Toure y otros músicos africanos, ¿Todavía queda mucho que explorar en las raíces africanas?

Mucho, siempre hay que volver allí. La tradición de lo que yo toco está intacta en África, el origen de mi música es hijo de aquella tradición. Aparentemente puedes pensar que el blues y esas músicas no tienen nada que ver, pero cuando se juntan, surge la conexión.

Hace ya tiempo que alternas los conciertos con tu trío, como el de está noche con los de la Phantom Blues Band y la banda hawaiana Hula Blues Band. ¿Vas a continuar alternando formaciones?

Posiblemente, no se… les la música la que dicta lo que yo hago.

Gracias por un concierto maravilloso y por la oportunidad de haber recordado contigo aquella primera vez que enconté al blues.

Entrevista originalmente publicada en Bluespain, 2005.

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